“27 noches”: la nueva película argentina, basada en hechos reales, que es furor en Netflix

Estrenada hace pocos días, ya ocupa los primeros puestos en la plataforma. Cuenta la historia de una mujer de 83 años que fue internada en un neuropsiquiátrico en contra de su voluntad. ¿Dónde está el límite entre la salud y la enfermedad, entre la ética y la conveniencia?

Sociedad & Cultura27 de octubre de 2025
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Por Florencia Mascioli, de la Redacción de Capital 24

 

A pocos días de su lanzamiento, “27 noches” es una de las películas que los argentinos están eligiendo, día tras día, en la plataforma de Netflix. Está basada en una historia real y que cuenta la historia de Marta, una mujer de 83 años a quien sus dos hijas, Olga y Miriam, deciden internar –casi contra todo pronóstico- en un neuropsiquiátrico.

Artista, con una gran herencia que le quedó luego de haber enviudado, rodeada de obras de arte y viviendo en una casa tan acogedora como su personalidad, Marta Hoffman es la protagonista de este film que desde los primeros minutos nos hará sentir esa sensación de impotencia ante una decisión que ni siquiera le han consultado: “¿Por qué tanto lío, a dónde me llevan?”, comienza diciendo en una de las primeras escenas en las que sus dos hijas la pasan a buscar a la madrugada para llevarla a hacer unos supuestos análisis de control. 

A pesar de su negativa, es trasladada a un neuropsiquiátrico y lo único que se le escucha decir, una vez que logran sedarla, es “esto no me lo esperaba”. “Yo no debería estar acá, mis hijas me encerraron injustamente, tienen miedo de que me case”, cuenta con una simpleza pocas veces vista en una mujer a cuya edad parece que la sociedad le hubiese exigido estar postrada en una cama y no disfrutando de cada uno de los días de su vida.

A partir de allí, la historia transcurre entre los 27 días que Marta tuvo que pasar en un neuropsiquiátrico, aislada totalmente del mundo exterior, sin más contacto que con sus hijas, y entre su posterior salida de esa clínica y un nuevo encierro determinado pero, esta vez, dentro de su propia casa.

La película va y viene en el tiempo: entre las casi cuatro semanas que estuvo alojada en esa clínica de salud mental que nace de la decisión tomada por un neurocirujano –que ya en un comienzo parece alterar las pruebas en las que se basó para lograr la internación- y por el director de una institución a la que poco parece importarle la particularidad del caso.

Todo comienza a tomar otra forma cuando aparece Leandro Casares, perito enviado por el Juzgado para determinar ni más ni menos que la condición mental de Marta, quien fue internada contra su propia voluntad luego de haber recibido un diagnóstico de demencia frontotemporal firmado por Facundo Manes, el reconocido médico neurólogo argentino. 

La historia de la película está basada en la vida de Natalia Cohen, una reconocida artista plástica y escritora argentina cuyo objetivo, a sus 83 años, era crear un centro cultural junto a un amigo suyo, Clorindo Testa. 

Desde la visión de sus hijas –y en lo que se muestra en la película- su madre “se estaba patinando toda su fortuna” y “vivía de fiesta en fiesta”. Cuando Daniel Hendler aparece en escena, interpretando a Leandro Casares, el perito del Juzgado a quien se le encomienda la difícil tarea de determinar –por pedido de los directores del neuropsiquiátrico- una de las preguntas que más complejidad le plantearán a este caso, “¿está loca o no está loca?”, la cosa empieza a cambiar. 

Él comienza a tener varios encuentros personales en el marco de su función, en los que si bien todo el círculo que rodea a las hijas de Marta quiere convencerlo de que está ante un caso de insania, es la propia protagonista la que, con una inteligencia incuestionable, logra ir revirtiendo el encasillamiento de su salud en un diagnóstico que, al parecer, lejos estaría de ser lo que le quieren hacer creer (incluso a ella misma). 

La historia de la película está basada en el libro homónimo “Veintisiete noches” de la psicoanalista y escritora Natalia Zito, quien, a través de un texto de no ficción que requirió una profunda y enorme investigación que requirió entrevistar a no menos de 50 personas, al estilo Walsh, Truman Capote y Leila Guerriero, generando como resultado una crónica que ahora es llevada a la pantalla. 

“27 noches” pone en discusión cuáles son los límites de la ética profesional –y personal- a la hora de brindar un diagnóstico que puede cambiarle la vida a una persona. ¿Hasta dónde está bien visto que una mujer de 83 años sea capaz de rearmar su vida, incluso desde lo sentimental, y seguir disfrutando de su presente, sin ser juzgada ni por el sistema judicial, ni por el sistema de salud e incluso, por la propia familia? Una película digna de ver, de analizar, que nos interpelará en más de una forma posible. Más que recomendada. 

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