Un periodista platense fue distinguido por Amnistía Internacional en España en un concurso de microrrelatos

Se trata de Juan Carlos Cellerino, quien llevó a Madrid una de sus producciones literarias y recibió la Primera Mención Especial con su relato “Something Stupid”. Capital 24 dialogó con él, quien le contó qué significa que su escritura diera la vuelta al mundo.

17 de diciembre de 2024
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Por Florencia Mascioli, de la Redacción de Capital 24 

 

“La escritura es paz, liberación, un desafío a la muerte que avanza a paso lento. La forma de perdurar en el tiempo, que uno no se vuelva imperecedero, quizás la forma que elegimos para quedar en otros corazones. Es el desatino amoroso, la rabia contenida, el llanto, el gozo, la infinita idea de libertad. Quizá tenga el don para hacerlo, hay algo en cada uno que aparece, solo es necesario descubrirlo y tomarlo como herramienta”, comienza diciendo Juan Carlos Cellerino a este diario, tras haber recibido una distinción por parte del jurado de Amnistía Internacional Madrid por su relato “Something Stupid”.

Cuenta, en diálogo con este medio, porqué tomó la decisión de participar: “Me seduce mandar a este concurso por su tarea loable de concientización en temas ambientales. Asumir los desafíos que tenemos ante el embate de la naturaleza, qué hacemos para morigerar sus efectos. Tomemos nota de lo que pasó con la DANA en Valencia o lo que ocurrió en La Plata en el 2013, se produjeron muertes que se pudieron evitar. La amenaza está latente, el riesgo de perderlo todo también, el tema es cuando la gente se aferra a las cosas materiales y considera que es más importante salvaguardar un elemento de valor que su propia vida. En cuanto a las expectativas cero, no por ser un hombre escéptico, sino porque creo que también hay gente que lo puede hacer mejor que uno, porqué no, no soy el ombligo del mundo”.

 

Trayectoria

 

Juan Carlos Cellerino es casi platense. A los 21, oriundo de Tres Arroyos, se mudó a la ciudad de las diagonales con ganas de empezar un camino en su profesión que aún le sigue dejando frutos y que cada día lo tiene más apasionado: “En cuanto a lo estrictamente académico, por una afinidad con las letras estudié en principio Periodismo, luego seguí la Licenciatura en Comunicación Social y junto a dos amigas presentamos la tesis de grado: El Caso Samper. Se trataba de una mirada de los diarios argentinos -especialmente de Clarín y La Nación- de cómo el narcotráfico había financiado la campaña de Ernesto Samper en Colombia. Más tarde en el tiempo me recibí de Locutor Nacional.  En 1990 di mis primeros pasos en el diario El Sol de Quilmes, donde aprendí demasiado rápido, pasaba de cubrir un policial a estar con un político, (Antonio) Cafiero, (Raúl) Alfonsín entre otros, de ahí recuerdo las charlas entrañables con el Padre (Luis) Farinello que vivía en la villa. Luego un paso fugaz por algunos diarios de la ciudad. En las redacciones aprendés sí o sí porque el ruido genera un desafío adicional”. Agrega que también hizo radio, teatro y desde hace 28 años, hace prensa en el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires (que en los últimos años pasó a llamarse Ministerio de Desarrollo de la Comunidad).

 

De La Plata a Madrid

 

Con su microrrelato obtuvo un reconocimiento de Amnistía Internacional en Madrid, España, y en diálogo con Capital 24 expresa: “Estoy feliz, es un mimo al alma, pero para nada me cambia la vida, diría que es una sinergia para seguir escribiendo. Me hace feliz escribir, no lo hago por un premio. De hecho son más las veces que pierdo que las que gano, ahí considero que lo esencial es el proceso de aprendizaje, desandar el camino”. Y cuenta cómo fue el momento en el que, durante una transmisión en vivo por YouTube, fue testigo, en su propia casa, del instante en que se enteraba de su premiación: “Primero, tenía una expectativa con la lectura del relato, ya con eso estaba hecho. Participaba de la grilla de partida entre los 10. Mi microrrelato fue el último que leyeron y eso me ponía en el lugar del extranjero que está pero juega muy de visitante. En el desarrollo de la ceremonia presté mucha atención a una integrante del jurado que manifiesta que la estructura del microrrelato es muy compleja y que resulta más difícil que escribir una novela y agrega además que tiene que tener un remate que ponga en shock la estructura. Ahí confié y me sentí ganador”.

Respecto a ese momento, agrega que “la imagen es… recién bañado en short y chancletas, con una taza de café en la mano, sentado en el sillón que compartíamos con mi madre. Como mi relato era el último en ser leído, de los otros 9 me gustó mucho uno, no reparé en verdad si es el que ganó, después lo voy a releer. Me gustó verlo, emoción quizás, se te vienen las imágenes de los que ya no están, te cuento esto y se me llenan los ojos de lágrimas”.

 

Sensaciones y experiencia

 

El periodista, quien un 12 de noviembre de 2001 recibió el tercer premio en narrativa en el Certamen del Inmigrante, Berisso; una mención certamen de narrativa en Azul; recibió una selección de microrrelato que integra el libro Microfantasías VI, editado por Diversidad Literaria, Madrid, España en 2021; distinguido como Gestor Cultural por el Círculo de Periodistas y el Senado de la provincia de Buenos Aires, en el rubro Periodismo, el 16 de septiembre de 2019; obtuvo una mención especial para el “Hacedor de Sueños”, un ensayo sobre la Vida y Obra del Dr. Dardo Rocha, 26 de enero de 2022; y además resultó ganador del segundo premio con “El hijo del viento” en el Certamen Internacional de Microrrelatos, tributo a Juan Manuel Fangio el 4 de noviembre de 2022, le comenta a este diario que, a los apasionados por la escritura como él les diría “adelante, siempre adelante, cualquiera sea su proyecto de vida siempre adelante”. 

“En la vida no se gana todo el tiempo, se pierde mucho más de lo que se gana, pero emprender nuevos desafíos es la punta de lanza para aceptar el vacío y la nada”, dice Cellerino y agrega que la sensación que le queda es de “felicidad sí, que la vida a veces te premia con amores, amigos, familia y te abre una ventana de oportunidades, solo hay que estar en el lugar preciso en el momento justo. Sigo adelante pese a mis debilidades con la honestidad como bandera”. 

 

“Something Stupid”: el relato premiado 

 

Las cartas están echadas. Un auto enclenque surca el cielo de Nueva York. Dibuja filigranas a su paso. Causa asombro y conmoción. 

Orson reclina su figura en una silla de pana. Repasa al detalle el manual. Sabe o supone que las marcas que se infligen en el lienzo perduran como la más tierna historia jamás contada. 

Arguye que la hora de la siesta es el momento exacto para dar el golpe. Intuye la turbación de una sociedad acostumbrada a la nada. Enciende una lámpara de tules blancos adormecidos, mientras en la pista uno se cuela Something Stupid. La invasión extraterrestre estaba en marcha. 

Ese día escuché solo lo que quería escuchar. Apagué la radio y me encontré con otras sombras en la calle que estaban al acecho del embuste y el engaño. La patraña había durado lo suficiente, los hombrecitos verdes invadían los cafés y los parques públicos. Cuando desperté comenzaba la larga noche de Halloween.

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