Un equipo del CONICET desarrolló un procedimiento a partir de carbón vegetal que logra disminuir más del 50 por ciento de estos contaminantes y que se proyecta como una alternativa para zonas con dificultades de acceso al agua potable.
Actualidad 15 de diciembre de 2025
Por Florencia Belén Mogno.
La degradación de la calidad del agua se consolidó como uno de los problemas ambientales y sanitarios más relevantes a nivel nacional. En diversas regiones de la Argentina, la concentración de arsénico y nitratos comprometió el acceso a agua apta para el consumo, forzando a muchas comunidades a implementar mecanismos de provisión que, en numerosos casos, resultaron costosos o insuficientes.
Frente a este escenario, cobró mayor importancia el desarrollo de investigaciones científicas enfocadas en soluciones de bajo costo y fácil implementación, particularmente aquellas pensadas para contextos atravesados por limitaciones económicas y de infraestructura.
De acuerdo con el informe elaborado por el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC, CONICET-UNLP-CICPBA), un grupo de investigadores diseñó un sistema de tratamiento de agua que utiliza carbón vegetal obtenido a partir de biomasa residual, con resultados significativos en la reducción de contaminantes.
Esta técnica apuntó a reducir de manera significativa la concentración de contaminantes aniónicos como el arsénico y los nitratos, elementos que en exceso provocan efectos graves sobre la salud humana. El trabajo fue publicado en la revista científica Waste and Biomass Valorization y presentó resultados alentadores para su eventual aplicación a mayor escala.
La investigación destacó que Argentina produce grandes cantidades de biomasa vegetal como resultado de actividades industriales y urbanas. Cáscaras de semillas, restos de poda y subproductos agrícolas suelen ser descartados como residuos, aunque mantienen un valor energético considerable.
El estudio indicó que una de las maneras de aprovechar esa biomasa consiste en convertirla en carbón vegetal, un material con capacidad para remover distintos tipos de contaminantes del agua y que adquiere un valor adicional cuando se produce con métodos de bajo costo.
Carbón vegetal para descontaminar
El trabajo analizado remarcó que el grupo de investigación encabezado por el científico del CONICET Pablo Arnal ya había demostrado la eficacia del carbón vegetal para remover contaminantes de carga positiva, entre ellos metales pesados y ciertos agroquímicos.
El avance reciente buscó determinar si ese mismo material podía ser adaptado para capturar sustancias de carga negativa, como el arsénico o los nitratos, que figuran entre los principales contaminantes presentes en aguas subterráneas y superficiales.
Para evaluar esa posibilidad, los especialistas utilizaron un reactor químico sencillo y económico diseñado en 2021. Ese dispositivo se construyó a partir de latas de conserva, una chapa y tubos de ventilación que permitieron producir carbón vegetal de manera rápida, homogénea y mucho más barata en comparación con métodos industriales convencionales.
Una vez generado el carbón, los investigadores procedieron a modificar su superficie mediante un tratamiento químico con ácido nítrico y un proceso térmico posterior a 800 grados centígrados.
El objetivo consistió en reordenar los átomos del material y crear nuevos puntos de fijación capaces de unirse a contaminantes de carga negativa. Según el documento al que accedió este medio, los ensayos demostraron una reducción de hasta un 55 por ciento en la concentración de aniones nitrato, lo que confirmó la efectividad del tratamiento.
Aplicaciones sociales y potencial científico
El documento elaborado por el CETMIC destacó que el desarrollo del método no solo apuntó a la descontaminación del agua, sino también a la valorización de residuos industriales y urbanos.
La utilización de subproductos como materia prima permitió reducir costos y generar un impacto ambiental positivo gracias a la reutilización de biomasa que, de otro modo, sería descartada. Este enfoque se alineó con la tendencia global hacia procesos más sostenibles que integran economía circular, remediación ambiental y desarrollo comunitario.
Además de su impacto social, el trabajo abrió nuevas posibilidades en el ámbito científico. La creación de materiales basados en carbón vegetal con propiedades específicas podría derivar en investigaciones vinculadas al almacenamiento de energía, la modificación de superficies reactivas o la elaboración de filtros avanzados para distintas industrias.
En sintonía con lo planteado anteriormente, el estudio señaló y enfatizó que la técnica posee un potencial considerable para convertirse en una plataforma de experimentación versátil y de bajo costo.
Asimismo, eel informe sugirió que la industria podría verse beneficiada por esta propuesta al encontrar una alternativa útil para valorizar sus subproductos. Según el documento, el descarte de residuos derivados de la actividad productiva representa hoy un costo significativo. La conversión de esa biomasa en carbón útil para procesos de purificación o para la fabricación de materiales especializados permitiría transformar un pasivo en un recurso rentable.
Hacia soluciones accesibles para el tratamiento de agua
Entre las posibles aplicaciones inmediatas, el documento señaló el desarrollo de filtros equipados con pastillas de carbón tratado, aptos para instalarse en tanques o cisternas domiciliarias.
Esta opción resulta especialmente relevante para regiones rurales o pequeñas localidades donde el acceso al agua potable se encuentra restringido y los sistemas de tratamiento convencionales no están disponibles. La simplicidad del proceso permitiría producir materiales filtrantes a bajo costo y adaptables a distintos contextos.
Aunque el método requiere validaciones a mayor escala, los resultados obtenidos en laboratorio demostraron que la propuesta constituye un aporte significativo dentro del campo de las tecnologías de potabilización económica.
Para muchas comunidades, la implementación de soluciones basadas en materiales de bajo costo representa una alternativa real frente a las limitaciones económicas y logísticas que enfrentan de manera cotidiana.
Finalmente, el estudio concluyó que la combinación de investigación aplicada, reutilización de biomasa y diseño de técnicas accesibles ofrece un camino prometedor para atender problemáticas sanitarias vinculadas a la calidad del agua.
El avance se suma a un conjunto creciente de iniciativas científicas orientadas a garantizar el acceso equitativo al agua potable y reducir la exposición a contaminantes que afectan la salud y el bienestar de miles de personas.
Fuente fotografías: Conicet.
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