La oportunidad en la crisis: la visión de un sobreviviente de las Torres Gemelas

Ram sonríe. A los 72 años, un ingeniero que junto a sus asuntos de oficina, ofrenda su vida como servidor espiritual, aspecto que entendió como un mensaje de Dios tras sobrevivir al atentado terrorista a las Torres Gemelas de 2001. Allí trabajaba, en el piso 64, cuando impactó el primer avión. Tenía entonces 50 años y la mitad de lo vivido como un practicante de meditación raja yoga. 

Nacido en la India, en el seno de una familia extremadamente pobre en la región del Punjab, limítrofe con Paquistán, desde joven encontró la espiritualidad, y una vez conseguido el título de ingeniero civil marchó en 1977 a los Estados Unidos, siendo contratado para desarrollar un programa de mantenimiento edilicio del Ward Trade Center, el mismo que se derrumbó por completo (ambas torres) el 11 de septiembre de 2001, y del que resultó el mayor rescatista. “Lo que sea que creemos, eso se tornará nuestro mundo. Para mí la vida existe solo ahora y es donde puedes disfrutar. Este es el tiempo para todo lo que queramos crear”, afirmó.

En el momento en que todos entraban en pánico, Ram sintió que el empoderamiento por una vida recta, basada en una alineación a principios espirituales, con la naturaleza y con Dios, no permitió que el miedo lo paralizara y su actitud abierta a la ayuda del prójimo, le permitió guiar a muchas personas que vieron derrumbar el segundo edificio cinco minutos después de haber salido del caos.

- ¿Qué sintió luego de sobrevivir?

- Cuando me senté a meditar el día después llegué a sentir un gran vacío adentro, pero no así al actuar, donde ayudar a la gente me permitió cambiar la actitud. Tenía el sentimiento… ¿por qué sobreviví y mis amigos murieron? Digamos que yo también he muerto con mis amigos. Esta vida nueva que me ha sido entregada la uso para servir a la humanidad. Es lo que siento y me hace dar vueltas al mundo dando un mensaje de esperanza. Vuélvete quién sea que da ayuda, no el que llora para que lo ayuden… y entonces te vuelves una persona fuerte. 

- La gente disfruta escuchando sus charlas, pese al inmenso dolor del episodio.

- Todos quieren escuchar mi historia porque está llena de coraje, de esperanza y el deseo de hacer algo bueno. Si mi historia estuviera llena de dolor, ay Dios que terrible… ¿quién querrá escuchar mi historia? La gente ya tiene problemas, por qué querría escuchar mis problemas. Por mi coraje y esperanza viajo por distintas partes hablando de diferentes temas, y me dicen ‘cuenta los del Word Trade Center’. Les digo: diez minutos para contarles mi historia… Uso 10 minutos. La gente quiere sentir de que es posible, en el tiempo de crisis, que significa tiempo de crecer, de hacer algo, ahí es donde viene tu fe en el buen karma (las buenas acciones). Cuando se hacen buenas acciones muchas veces tus buenas acciones dan un fruto.

- ¿Cuál es la pregunta más reiterada de los argentinos sobre las Torres Gemelas?
- Me preguntan si he tenido miedo. Y cómo se vengará Estados Unidos. Yo les digo… ellos se vengaron, mañana se vengan otros y la gente continúa muriendo. Tenemos que parar ese ciclo y empezar el proceso de sanación. Y la sanación empieza con el perdón. 

- ¿Cómo percibe a la gente de nuestro país?

- Es una agradable sorpresa, la anterior ocasión que vine fue en 2005, me encantaron. Esta vez no estaba seguro cómo sería, pero resultó mucho mejor de lo que pensaba. Son muy cálidos, no hablan mi idioma pero conectamos con los ojos y cuando veo la sonrisa grande ya sabemos que vamos a resolver. Encuentro que la gente vive con lo mínimo pero contentos con su vida. Aquí no he visto la codicia de otras gentes, me di cuenta que Estados Unidos no es ‘el mundo’, el americano no es el estándar internacional, ya que en general son como los argentinos, los italianos, los polacos, o los latinos en general. Me encantan, son gente real, no superficial. Tengo ciudadanía americana y es mucha la apariencia. Ustedes tienen el poder de la gente que puede vivir con menos, son apasionados. Quieren hacer algo y lo lograrán. 

-Usted ha dicho algo que explica la raíz de la palabra crisis: ellas son oportunidades. ¿Puede explicar algo más?

- Tuve muchas experiencias muy buenas. Aprendí a cuidar a la gente. En el tiempo de crisis, estas dolido, pero también hay otra gente que está igual. Encuentra a alguien que tenga mas dolor y mas tristeza que tú… Empieza a ayudarles. Te olvidas de tu dolor y tu tristeza. ¿Nos pasa a todos, verdad? Cuando empezamos a ayudar a otra gente automáticamente recibimos la ayuda de Dios, de la naturaleza, de las circunstancias. Recibes bendiciones también, te vuelves un ángel para la gente. En el atentado supieron que yo no tenía miedo y eso se convirtió en mi lema.

- Hoy se tornó en un couching espiritual. ¿Recuerda alguna etapa de su vida en que preso del dolor emocional devolvió “una piedra”, es decir, reaccionó mal dañando a alguien? 
- Siento que hay tantas oportunidades de ayudar a alguien y que se puede hacer de manera incógnita. A veces, el más próximo de tus amigos necesitan ayuda pero no te lo dirán porque no quieren verse débiles. Tienes que ser muy invisible para ayudarles… 
- ¿Invisible?

- Sí. Si piensas ‘yo le pude causar pesar a alguien’, pero realizo un trabajo invisible bueno, ayudando a este, aquel y al otro, el efecto de mis malas acciones es como si se saldaran, y estoy como reparando aquello que pienso que hice mal. No sé cuántas cosas yo he hecho, pero ahora me esfuerzo sin que nadie lo sepa, ayudando y ayudando. De manera que el efecto de las acciones erradas en el pasado se cancelen. 

Siete años después del atentado, el ingeniero Singal fue director de operaciones en el control de calidad de los trabajos de reparación en el lugar donde hoy se erige otro rascacielos. En su paso por la ciudad brindó detalles profesionales del subsuelo donde existe un shopping que conecta a uno y otro lado a la isla de Manhattan. Sin embargo, este ángel de aquella extrema oscuridad, habla de otro tipo de reparación. 

Centro de meditación en La Plata

Brahma Kumaris, la asociación civil que realiza actividades humanistas y enseña la técnica de la meditación raja yoga, tiene su sede platense en la calle 4 número 1387, entre 60 y 61. Cada viernes a las 17.30 se realizan encuentros donde se aborda una temática relacionada al cambio personal y una guía de meditación. Las actividades son sin cargo y no requiere experiencia previa en meditación.

Por allí pasó Ram Singal  en estos días, como último destino en el país. Antes, brindó talleres sobre cómo lidiar con situaciones repentinas; convertir la crisis en oportunidad y el miedo en valentía, con organizaciones en Santiago del Estero y Corrientes. También dio una jornada sobre valores en Racing, donde el área Social del club lo llevó a la Casa Tita, lugar en el que conviven juveniles del fútbol.

Siguió hacia Paraguay, con una campaña "7 mil millones de actos de bondad", una iniciativa interreligiosa que funciona en 21 países.