“La verdadera cara monstruosa del abusador solo la ve la víctima”

En este sentido, desde el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires aseguran que el abuso “impacta en la salud integral de niños, niñas y adolescentes. Es fundamental escuchar de forma activa y validar sus relatos, creando las condiciones para que puedan expresarse”. 

Palabras mayores

En exclusiva, Capital 24 dialogó con la reconocida Licenciada en Psicología, Analía Godoy, (MN: 68359/MP: 62860), con experiencia y formación diplomada en evaluación psicodiagnóstica, evaluación y tratamiento por traumas de Abuso y Violencia sexual, formación en Psicología de Emergencia y apoyo humanitario, disertante en diversas jornadas y congresos nacionales e internacionales sobre violencias, maltrato y abuso sexual en las infancias y participación en textos sobre prácticas en psicología jurídica, quien le contó a este medio que “el 19 de noviembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual en con el objetivo de concientizar y promover la lucha contra la pedofilia y explotación sexual de NNyA, y así poder generar medidas de acción y protección más efectivas frente a esta problemática a nivel mundial. A esta propuesta adhirieron diversos organismos internaciones y se adoptó también en Argentina por formar parte de diversos tratados internacionales”.

Qué es el abuso sexual y el trauma

La Licenciada le cuenta a este medio que “existen diversas técnicas que acompañan al diagnóstico que pueden ser gráficas, verbales, de auto informe, etcétera, y en todos los casos a los niños se les presenta como actividades lúdicas, pero siguen siendo en contexto evaluativo psicológico. En todos los casos, estas técnicas van a dar como resultado la presencia o no de “huella de trauma” en el aparato psíquico en formación del niño, lo que se conoce como TEPT (Trastorno de Estrés Post Traumático). Sin embargo, si bien las técnicas de exploración psicológicas pueden aportar información sobre el trauma vivido, la especifica que permite la diferenciación de otro trauma posible es el relato”.

Agrega que “cuando un niño relata el trauma vivido, ya no hay lugar a dudas de que este ha existido y cómo ha sido (contexto, persona que lo ha efectuado, etc.). Aún así, no siempre los niños logran el relato de las experiencias vividas. Esto bajo ningún punto de vista implica que no haya sucedido. Las técnicas de exploración nos aportan a los psicólogos indicadores suficientes para poder diagnosticar estrés post traumático por abuso sexual. La información que podría legar a faltar es el detalle que puede aportar la verbalización del niño. Sin embargo, este niño quizás no se encuentre en una posición de poder relatar, pero con ayuda de una psicoterapia adecuada con un profesional formado, el relato en algún momento se logra alcanzar”.

Asimismo, destaca que “es importante remarcar que los tiempos subjetivos de cada persona (NNyA o adultos) no corresponden siempre a los tiempos de la justicia ni a los que ella exige. En mi experiencia, he visto cómo se archivan causas porque el NNyA no ha logrado el relato, pero dejan por fuera indicadores conductuales y psicoemocionales que dan cuenta de que la situación ha existido. A veces, es solo seguir investigando y tomar en cuenta la palabra de los profesionales que trabajan con la víctima (madres protectoras, médicos pediatras, psicólogos, psicopedagogos, asistentes sociales, escuela, etc.). Todas estas herramientas también forman parte del diagnóstico y tratamiento en esta problemática. Además, se ha de tener en cuenta que una situación de abuso no se limita a la violación con penetración. También lo es el exhibicionismo, los tocamientos, los rozamientos, mostrar imágenes o situaciones sexuales para las que un niño no está psíquicamente preparado para afrontar sobre la sexualidad adulta. Freud habla y se explaya ampliamente sobre la sexualidad infantil”.

El silencio de los abusadores 

Godoy expresa que “en casi todos los casos, suele haber un “pacto de silencio” entre el abusador y su víctima. Esto se da generalmente por medio de amenazas “si contás esto, voy a matar a (aquello que más quiere la víctima)”, “¿vos querés que mamá (papá o cualquier adulto protector) y yo nos peleemos? Entonces mejor no lo cuentes”, “si lo contás, no te van a creer” (entre muchas otras) o bien se presenta como un juego que el NNyA no logra entender. En estos casos, lo que se logra es que la víctima adhiera al silencio por miedo a que algo le suceda a ella misma o a sus seres queridos que “necesita” proteger. Allí se posiciona en el rol de “salvador” o “protector” de sus seres queridos, tolerando el peso del malestar sin la posibilidad de acompañamiento. Se lo aísla en su sufrimiento haciendo que perciba que no puede contar con nadie más”.

Agrega que “si bien el abusador aparece como un monstruo, no lo podemos ver como el monstruo que aparece en los cuentos de hadas o en las novelas u otros relatos de carácter ficticios. Uno espera ver un personaje de colores impactantes y desagradables, con olores nauseabundos. Pero no es así. El abusador se muestra como una persona encantadora que los vecinos estiman, es un gran apoyo para la famila, que puede o no tener algunos “problemas”, pero nada que el sistema familiar no pueda acompañar. Sin embargo, la verdadera cara monstruosa la ve solo su víctima, y eso es algo que generalmente no quiere que se sepa o que los demás vean. 

La importancia de la ESI

Analía Godoy define a la ESI (Educación Sexual Integral) como aquella que le brinda “información a un NNyA sobre sexualidad y salud reproductiva según su edad cronológica y madurativa. Por este motivo es que hay diferentes propuestas de información según las diferentes edades. Se tiene en cuenta aquella información necesaria que el NNyA puede comprender según su maduración y se busca NO aportar más información de la que pueda incorporar y comprender”.

Expresa que existe “una técnica que se trabaja, por ejemplo, es el semáforo del cuerpo. Este semáforo marca mediante colores (Rojo, lo prohibido; amarillo lo dudoso; y Verde, lo que sí se puede) en las diferentes partes del cuerpo mediante un gráfico las diferentes zonas del cuerpo donde la zona del pecho y los genitales siempre son rojos. Así, clarifica que si alguien toca intencionalmente alguna de estas partes del cuerpo del NNyA debe comunicarlo a un adulto (docentes, padres, familiares, etc.) y se debe tomar acción inmediata. Esto entre otras estrategias y problemáticas que puede enfrentar un NNyA en el ámbito intrafamiliar o por fuera del sistema familiar”.

Respecto a la importancia de la ESI, la Licenciada entiende que “la escuela es el lugar donde más tiempo pasan los NNyA quien confía en su docente y si este le brinda información sobre su cuerpo, lo que se puede o no se puede hacer, quien sí y quien no, el consentimiento, el maltrato, cuando algo no corresponde que suceda, etc. Este NNyA lo va a tomar y lo va a llevar a su propia vida y experiencia. La ESI en todos los niveles educativos, posibilito que los NNyA rompieran con el “pacto de silencio”, que dieran cuenta que lo que estaban viviendo no debería estarles sucediendo y así poder expresarlo y ¡DENUNCIAR!. 

“BACKLASH”: amenazas a los psicólogos que protegen a las víctimas

En la mayoría de los casos cuando se realiza una denuncia de abuso hacia un menor de edad, tanto los presuntos abusadores como su círculo más cercano, realizan amenazas y denuncias hacia trabajadores y trabajadoras de la salud mental que se dedican a la protección de la infancia y a detectar indicadores de abuso sexual para elaborar informes que permitan ser aportados a la Justicia como prueba. Este término, conocido como “BACKLASH”, intenta desprestigiar a la persona que representa la voz de los niños, hostigarlos, amenazarlos, realizar persecuciones y hasta violencia digital. 

La Licenciada le cuenta a Capital 24 que “luego de buscar el desprestigio de la madre protectora, se apunta a los adultos protectores de las infancias como ser los profesionales. Los psicólogos tenemos las herramientas para evaluar la huella que el daño que ha dejado en un aparato psíquico de una persona; por lo tanto, es importante lo que se vea plasmado en los informes. Y si en estos informes sobre evaluación y/o tratamiento de un NNyA se han encontrado indicadores de TEPT por abuso, es un “inconveniente” para el denunciado. Allí empieza un nuevo nivel de hostigamiento donde se descarga un elevado monto de violencia. Este hostigamiento va desde solicitar el cierre del espacio terapéutico por medio de una carta documento y los juzgados de familia, denuncias en colegios profesionales, denuncias civiles, persecución en los consultorios de las psicólogas tratantes, hasta incluso he sabido de colegas a quienes les han impedido el acceso a la salud en una situación crítica”.