La grieta, ese viejo relato que sirve para destruir al otro

La figura del “anti” nació allá por el 55 del siglo pasado y nunca cayo en desuso, construyendo entidades sin raigambre propia, sino la de “estoy en contra”, despersonificando y convirtiendo en vacía una cuasi ideología que no es, sino por lo que representa el otro.

Actualidad 14 de marzo de 2025
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Por Alicia Panero *

Desde los comienzos de nuestra historia como patria, hemos estado divididos, basta con un breve repaso sobre criollos y españoles en épocas de la lucha por la independencia, pasando por unitarios y federales, gauchos e intelectuales, trabajadores y patrones, y más acá en el tiempo, peronistas y antiperonistas con todas sus variantes.

La figura del “anti” nació allá por el 55 del siglo pasado y nunca cayo en desuso, construyendo entidades sin raigambre propia, sino la de “estoy en contra”, despersonificando y convirtiendo en vacía una cuasi ideología que no es, sino por lo que representa el otro. Que no aporta, sino a la destrucción del otro. 

Con la vuelta de la democracia en 1983, se vislumbraron hechos que explican un poco la realidad actual, como fue la famosa quema del cajón de Herminio Iglesias, envuelto en una bandera radical, que le puso el broche final a las esperanzas del retorno del peronismo al poder. La década previa a la dictadura, había quedado en la memoria de los argentinos como un espiral de violencia sin fin, o con el final mas drástico, y violento, esa dictadura

Aun así, la ideología, el partido o el pensamiento político del otro, no era empleado como un insulto. 

O el estigma, por ejemplo, a los empleados públicos, que son docentes, médicos, enfermeras, investigadores, las propias fuerzas armadas y de seguridad. Estas últimas, en algunos casos puntuales, algunos de sus miembros hasta han perdido el sentido del honor, escupiendo en las tumbas de sus muertos, votando a un gobierno vende patria.

Hoy asistimos a una escalada inimaginable, por aquellos días en los que un renombrado periodista que ya no esta entre nosotros, creo esa palabra que expresa la división de los argentinos, que jamás use ni usare, y que se convirtió en excusa para haber llegado a los niveles de violencia verbal en los que estamos hoy.

El anti, volvió a cobrar fuerza por aquellos días, no ya despersonalizando, sino deshumanizando a los que toman esa entidad vacía.

En nombre de eso que se propago como una peste, gracias al agite de los grandes medios, del medio pelo de la sociedad argentina (Arturo Jauretche) de todos aquellos ilusos que creyeron que seguir a La Libertad Avanza los posicionaría socialmente en un lugar al que solo llegan unos pocos.

Sin darnos cuenta, los otros, nos convertimos todos en casta, en zurdos de mierda, en periodistas ensobrados, y en todos los improperios que se le ocurren al Presidente de la Nación, en sus horas de ocio y odio hacia sus gobernados, usando las redes sociales. Todavía, no entendió que por el momento, está representando al Estado Nación.

Un estado ausente, con un primer magistrado ausente y abúlico, excepto de eventos que lo posicionan como un fan, cholulo, poco serio, y que no lo hacen un estadista.

Mas bien recuerda a algún pequeño reyezuelo al que dejaban cumplir sus caprichos, mientras alguien oficiaba de regente. Sin dudas Karina Milei es esa figura tutelar y de mando.

Hoy gobierna un ensamble de resentidos, niños mimados, cosplayers, hombres y mujeres faltos de amor al prójimo, que, unidos a algunos personajes de la vieja política, como Daniel Scioli o Guillermo Francos entre otros, (a Patricia Bullrich la dejo para otro párrafo) le hacen creer a sus seguidores que la macroeconomía mejora y mejora sus vidas. Aunque esta idea esta llegando a su fin para los despedidos del Estado, de las fábricas y de las pequeñas empresas. A aquellas amas de casa, como lo fue mi madre, que trabajaron toda su vida criando hijos, y perdieron el derecho a un reconocimiento a una tarea que les llevo la vida.

Los hechos ocurridos dentro y fuera del Congreso de la Nación el ultimo miércoles, no presagian tiempos mejores.

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, empoderada desde ese ensamble de gobernantes deshumanizados, cual cruzada de la edad media, avanza sobre las libertades de los ciudadanos sin piedad, mintiendo, vendiendo una seguridad que no es tal.

Hoy da más miedo la policía o la gendarmería que otros sectores porque salen a la calle como poseídos o bajo el efecto de alguna sustancia que los hace creer superiores a sus pares, porque ellos también tienen sueldos de hambre, viven endeudados y sin llegar a fin de mes.

La agresión injustificada, salvaje y violatoria de los derechos humanos al fotorreportero Pablo Grillo, la descarada declaración de la ministra diciendo que estaba detenido, cuando en realidad había dejado su masa encefálica en el pavimento, llena de espanto a gran parte de la sociedad.

La misma Bullrich que se quejó de que Mario Firmenich apoyara la marcha por los jubilados, cuando en el pasado formaba parte de bandas armadas como el, a quien el máximo líder espiritual de La Libertad Avanza, o del presidente y sus ensamblados admiran tanto, indultó, Carlos Saul Menem.

Ella, Patricia, fracasó en cada gobierno en el que estuvo y tiene hoy la administración de la fuerza para reprimir sin pudor en nombre del orden, a jubilados y periodistas.

* Historiadora, periodista, investigadora y escritora.  

A veces se cruzan líneas de las que no se puede volver y ella la cruzo. Claro que todo esto es posible por la dispersión de una oposición anodina y mas preocupada por cuidar su quinta que por el pueblo.

En sus poluciones nocturnas, se ve como una líder del orden, cuando es simplemente la administradora de la violencia, con sus protocolos aplicables según la ocasión.

Claro que existe esa otra parte, los aspiracionales, que sostienen en redes que eso es exactamente lo que votaron, algunos de ellos disfrutaron del pre viaje, o de la jubilación del ama de casa y de otros beneficios del estado, que según este grupo estaban mal pero su poca ética no les impidió usufructuar esos derechos que tanto critican hoy.

La diputada Lilia Lemoine tuvo expresiones repudiables respecto de lo que paso con Pablo Grillo, al punto de no poder reproducirlas. El ensamble de niños que crecieron sin cariño, resentidos y malandras que en otros gobiernos nos endeudaron y hoy lo vuelven a hacer, siguen generando el espiral de violencia que ya hemos vivido.

Los argentinos queremos paz, pan y trabajo. Esto ya lo vivimos. Somos historia de eterno retorno.

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