Las “familias tradicionales”… ¿ya no existen?

En la Argentina solo 1 de cada 10 hogares está conformado por lo que culturalmente se conoce como “familia tradicional”: madre, padre y dos hijos. No solo bajó la tasa de natalidad en nuestro país sino también la de casamientos. Los mandatos sociales ya no son los mismos y cada vez más parejas eligen no convivir. La libertad de elegir lo que nos hace bien y no lo que se nos impone.

Actualidad 17 de diciembre de 2025
14

Por Florencia Mascioli, de la Redacción de Capital 24

 

Hay un tema que comenzó a estar en el centro de las charlas y las converdaciones desde no hace mucho tiempo. Hace unos días mi terapeuta me dijo –en sesión- una frase que me dejó pensando y mucho: “la familia tradicional ya no existe”. Y durante días le seguí dando vueltas en mi cabeza a esa información que no sé si alguna vez había escuchado con tanta certeza.

Desde que tengo uso de razón (y hoy ya con 37 años) la concepción de “familia” siempre estuvo dada por una madre, un padre y uno o dos hijos; ese núcleo primario en el que se nos enseñan los primeros valores y en el que también nacen las primeras creencias sobre la vida. De generación en generación, se nos vienen dados muchos de esos mandatos con los que aún hoy seguimos cargando y que nos cuesta tanto sostener. “La madre cuida”, “el padre provee” y “que un hijo tenga hermanos es necesario para él porque si es hijo único va a ser muy caprichoso”. 

La única forma de incorporar esos “mandatos” sociales de hace un par de décadas a estos tiempos, es a la fuerza, porque racionalmente no encajan en el mundo actual. Hoy en día, y gracias a la incorporación y al reconocimiento de muchísimos derechos que se han logrado a lo largo de la historia, la realidad está muy lejos de ser como se la concebía allá por finales de los 90 y principios de siglo. Lo que nos es “impuesto”, naturalmente va a ser cuestionado. Porque existen infinidad de realidades que ni siquiera caben en una única manera de pensar.

De acuerdo a un estudio de Fundación Eforo (la cual impulsa y divulga investigaciones sobre la problemática estatal, a nivel nacional e internacional, en áreas políticas, económicas y sociales) en la Argentina solo 1 de cada 10 viviendas está conformada por una “familia tradicional”: esto incluye madre, padre y dos hijos. A su vez, existen más de 9 millones de hogares con un promedio de tres personas por hogar. La mitad, está formada por una pareja (con o sin hijos). El 18% son “unipersonales”, es decir, en ese hogar vive una sola persona; y el 14% son “monoparentales núcleo” (aquellos en los que un único progenitor convive con sus hijos/as). Por último, el 16,5% está ocupado por familias núcleo en convivencia con otros miembros.

Si hablamos de números, en la Argentina no solo ha bajado la tasa de natalidad a valores impensados para otras épocas, sino también la tasa de casamientos y con ella, el desgaste de esa concepción de “familia” como algo estable y duradero. Decía el filósofo Zygmunt Bauman que vivimos en una “sociedad líquida” en la que los vínculos que se construyen son frágiles, volátiles y poco duraderos. La única constante es el cambio y hoy por hoy, la estabilidad no existe ni en los vínculos humanos ni en los laborales, todo lo que parece sólido se desvanece rápidamente y se han desintegrado todas aquellas estructuras que hace algún tiempo nos daban cierta “estabilidad”. 

La concepción de “familia” con la que nuestra generación se ha criado, ha perdido rigidez y hoy abunda la fluidez y la incertidumbre, la flexibilidad y con ella, la posibilidad –tan necesaria- de equivocarnos. Las libertades individuales afortunadamente no se cuestionan y por ende, los derechos que ella permite, tampoco. Se han conquistado en otros ámbitos de la vida que hace décadas parecían impensados y la “realización” hoy no pasa por estar en pareja, casarse o tener hijos. La proyección personal, profesional y el cuidado de la individualidad es un tesoro que hasta ahora no había sido contemplado como tal. Y la soledad no es un castigo sino más bien una elección –y a conciencia-.

Volviendo un poco al principio de esta nota y volviendo a recordar lo que me dijo me terapeuta hace no muchas semanas atrás, asumo la carga que eso conlleva y la responsabilidad que cada uno puede darle a esa elección: construir o no una familia. O mejor dicho, de qué formas y maneras puede eso llevarse a cabo. La “familia tradicional” no es más que un peso que se nos impone para llevar a cuestas porque, para gran parte de la sociedad actual, pareciera ser más fácil tenernos “calladitas” que “empoderadas”. 

Y el feminismo tiene una gran responsabilidad “consciente” en estas decisiones que parece que están generando cambios hasta en las tasas de natalidad, cosa que en el siglo pasado ni siquiera hubiera podido ser pensado. Antes, tal vez –y por desconocimiento de causa- muchas mujeres no se separaban “por sus hijos”. Y hoy sucede todo lo contrario: si hay hijos, esa es una de las motivaciones más urgentes y más necesarias a la hora de tomar decisiones que nos puedan mejorar la vida. 

Hasta me atrevería a agregarle una arista más a la concepción de Zygmunt Bauman: hoy los vínculos son más frágiles –y por ende, “líquidos” como él los define- porque todo aquello que no es sano es lo que no perdura. Todo aquello que nos robe libertades o ese poder de decisión que logramos conquistar con tantas luchas que se han dado y que se siguen dando, empezó a ser dejado a un lado. Y es por eso que familia, lo que se dice familia, no tiene ya el mismo significado. 

Te puede interesar
NOTA

Una policía hot, una exoneración exprés e incómodidad

Actualidad 17 de diciembre de 2025

La Policía de la Ciudad expulsó a una oficial por publicar contenido sexualizado con el uniforme. El caso abrió un debate incómodo sobre ética, necesidad económica y la rapidez selectiva con la que actúa el poder cuando el escándalo es fácil de mostrar.

Ranking
NOTA ECONOMÍA

Economía real: la inflación acumulada en la era Milei es del 249%

Actualidad 14 de diciembre de 2025

El IPC de noviembre volvió a ubicarse en 2,5% y el Gobierno lo exhibe como señal de control. Sin embargo, detrás del dato conviven seis meses de aceleración inflacionaria, una industria que opera al 61% de su capacidad, 126.000 empleos fabriles perdidos y una pobreza multidimensional que ya alcanza al 67% de la población.

15 S

Perpetua al Puma Rodríguez: en 40 años podrá pedir la libertad

Región16 de diciembre de 2025

Por el salvaje femicidio de su ex pareja, Patricia Aybar, ayer fue condenado a la pena de prisión perpetua José Luis Rodríguez, alias el “Puma”. Un tribunal de nuestra ciudad dispuso que el condenado pueda pedir la libertad recién cuando cumpla 40 años de pena. El “Puma” tiene ahora 62 años.