
Tras el 26-O, el Gobierno pasó del borde del nocaut a marcar el ritmo. Con puesta, música y abrazos medidos, Milei reestrenó gabinete, aseguró el tercio para blindar vetos y decretos, y habilitó la “segunda etapa”: reforma tributaria, modernización laboral, Código Penal y Presupuesto 2026.















