
Con esa frase, el influencer Santiago Maratea ironizó respecto a la búsqueda de su paradero que impulsó la justicia de La Plata en la causa iniciada tras una denuncia del Colegio de Nutricionistas.
(Extracto de un escrito realizado por José “Pepe” Rusconi, Stella Vanara y Haydeé Puhl)
Actualidad 06 de septiembre de 2024En los días 4 y 5 de septiembre de 1975 fueron secuestrados, torturados y fusilados por bandas fascistas que actuaban al amparo del gobierno peronista, ocho militantes del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de La Plata, partido antecesor de Izquierda Socialista. Este hecho es recordado como la “Masacre de La Plata”. Hoy seguimos exigiendo justicia por nuestros compañeros y compañeras asesinadas del PST.
En marzo de 1973, el peronismo ganó las elecciones con la fórmula Héctor “el tío” Cámpora y Vicente Solano Lima. Pero tampoco pudo controlar al movimiento obrero y popular, que continuó su lucha contra el ajuste y por mejores condiciones de vida. Finalmente, presionado por Juan Domingo Perón, Cámpora debió renunciar. Las nuevas elecciones, realizadas en septiembre del mismo año, dieron como ganadora a la fórmula integrada por Juan Perón y su esposa, María Estela Martínez de Perón (“Isabelita”). Pero ni Perón, con su autoridad histórica ante el movimiento obrero y popular, pudo frenar las luchas.
Ya a finales de 1973, habían comenzado a actuar las primeras bandas fascistas integradas por la patota de la burocracia sindical y grupos parapoliciales, organizados desde el Ministerio de Bienestar Social de José López Rega. Entre ellas, se destacaban la Alianza Anticomunista Argentina (la Triple A), la Concentración Nacionalista Universitaria (CNU) y el Comando de Organización (CdeO). Tras la muerte de Perón, en julio de 1974, Isabelita asumió e intentó aplicar un ajuste económico brutal, elaborado por su ministro de Economía, Celestino Rodrigo, que pulverizaba los salarios. Esto generó una enorme reacción obrera que se llamó el “Rodrigazo”, en junio de 1975, que terminó con el “Plan Rodrigo” y dejó tambaleante al gobierno. En ese contexto se dio la “Masacre de La Plata”.
La masacre de La Plata
En esa época en la ciudad de La Plata se dieron importantes luchas como la de los obreros de Petroquímica Sudamericana (Mafissa), Propulsora Siderúrgica (Siderar), Astillero Río Santiago y muchas otras fábricas. También en reparticiones estatales, bancos y de trabajadores y estudiantes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), que fueron un ejemplo de organización y combatividad. En ellas, las y los militantes del PST ocuparon un rol importante, impulsando la organización y la solidaridad obrero-estudiantil y popular, con la perspectiva de luchar por una Argentina y un mundo socialista.
La noche de 4 de septiembre de 1975, un grupo de jóvenes militantes del PST se dirigía hacia la fábrica Petroquímica Sudamericana para llevar dinero de una colecta en apoyo a su fondo de huelga, pero nunca llegaron. Los interceptaron y secuestraron. Fueron terriblemente torturados y luego fusilados. Tiraron sus cuerpos en La Balandra, una playa de la vecina localidad de Berisso. Ellos eran, Roberto “Laucha” Loscertales, que había sido dirigente estudiantil en la Facultad de Ingeniería, trabajador del Astillero Río Santiago y dirigente del equipo de trabajadores de Propulsora; Adriana Zaldúa, referente estudiantil de Arquitectura y trabajadora del Ministerio de Obras Públicas (MOP); Hugo Frigerio, delegado gremial del MOP; Ana María Guzner Lorenzo, delegada no docente de la UNLP; y Lidia Agostini, joven odontóloga, integrante del frente de profesionales.
Alarmados por su desaparición, pero aún sin conocimiento de lo sucedido, se convocó a una asamblea en el MOP, que resultó multitudinaria. Otros tres militantes del PST salieron del local del PST de La Plata rumbo a ese lugar, llevando volantes denunciando los hechos. Pero tampoco pudieron llegar a su destino, siendo interceptados y secuestrados a plena luz del día a la vuelta del local, ubicado en el centro de la ciudad. Sus cuerpos también aparecieron mutilados y acribillados horas después. Ellos eran, Oscar Lucatti, trabajador del MOP; Carlos “Diki” Povedano, trabajador de Previsión Social; y Patricia Claverie, estudiante de Ciencias Naturales.
El asesinato de los ocho militantes del PST, a manos de una banda fascista que actuaba al amparo del gobierno peronista de Isabelita y del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Victorio Calabró, dirigente burócrata de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), tuvo como objetivo golpear al movimiento obrero y popular de la región y, en particular, al PST y su política socialista revolucionaria.
Seguimos luchando por justicia y por el socialismo
A 49 años de la masacre de La Plata, desde Izquierda Socialista, repudiamos todo intento negacionista y seguimos exigiendo justicia por nuestros compañeros y compañeras asesinados y detenidos-desaparecidos del PST. Hoy más que nunca reivindicamos con orgullo al glorioso PST y su lucha socialista revolucionaria levantando los puños bien en alto y diciendo: ¡compañeras y compañeros asesinados y detenidos-desaparecidos del PST, hasta el socialismo siempre!
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