“El crucero de la caca”: el nuevo documental de Netflix basado en una historia real

En el año 2013 lo que parecía ser una travesía inolvidable se convirtió en la peor pesadilla. Un incendio, un apagón eléctrico, un naufragio y cientos de baños que dejaron de funcionar. La orina comenzó a rebalsar por los pasillos y la materia fecal, a inundar el barco. ¿Se puede sobrevivir a semejante experiencia?

Sociedad & Cultura03 de julio de 2025
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Por Florencia Mascioli, de la Redacción de Capital 24

 

¿Te imaginás subirte a un crucero con la intención de vivir las vacaciones más increíbles de tu vida y que todo termine en una pesadilla? “Todos quedaron a merced de sí mismos”, dice uno de los pasajeros que vivió allá por 2013 uno de los momentos más asquerosos del que pueda hacer memoria.

“El crucero de la caca” es una historia verídica. Netflix lanzó un documental que ya está en el puesto número 2 y que no solo cuenta la insólita experiencia que vivieron 4.000 personas a bordo de un crucero que viajaba desde Texas hasta México, sino que además, las propias víctimas relatan lo difícil que fue naufragar en el mar rodeados de incertidumbre y rebalsados de orina y materia fecal.

La película cuenta, en primera instancia, la esperada felicidad de los pasajeros que, por distintas razones, embarcaron hacia una aventura que jamás se hubieran imaginado: un incendio en la sala de motores generó un apagón eléctrico que no solo complicó la propulsión del barco sino también, dejó a más de 4.000 personas sin comida, sin electricidad, sin aire acondicionado y… sin baños.

“Lo único que quería era bajar del barco”, cuenta una de las pasajeras que viajó con dos amigas para vivir una despedida de soltera que finalmente lo fue, pero de la peor manera posible. Cuando el barco quedó sin electricidad, nadie se imaginaba la dimensión de la catástrofe que les esperaba.

Aguardando el rescate, los pasajeros intentaban, de todas formas, sobrellevar el salvataje. Pero cuando desde la tripulación les confirmaron que sacarlos del mar iba a demorar unos dos días más, todo empeoró: ¿de qué manera iban a poder sobrevivir si ni siquiera los inodoros eléctricos funcionaban? 

La pesadilla empeoró cuando los baños comenzaron a colapsar, pero no de personas, sino de desechos cloacales. El personal del crucero les ordenó que orinaran en las duchas y que defecaran en bolsas rojas y las colocaran en los pasillos, pero nadie quería dejar sus restos a la vista de todos ni convivir con olores nauseabundos y materia fecal ajena. 

Todo empezó a ponerse más complicado cuando de los 14 pisos que tenía el barco, la mayoría de ellos estaba rebalsado de aguas cloacales. 

En la película hablan los pasajeros que estuvieron en ese crucero, y contaron que debieron convivir con alfombras empapadas de orina y que debieron dormir en carpas armadas con sábanas y colchones en la cubierta del barco.

Fue, sin dudas, una experiencia traumática y una lección de supervivencia que todos lograron superar, pero que los marcará para siempre. Hay imágenes que quedarán grabadas de por vida. Muchas de ellas, pueden verse en este documental. 

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