Agustín Ochoa Ortega, periodista del Diario La Tercera nombrado Embajador de Paz

La solemne ceremonia tuvo lugar en el imponente Palacio Paz de Recoleta, un escenario que realzó aún más la trascendencia del evento.

Actualidad 17 de diciembre de 2025
WhatsApp Image 2025-12-17 at 17.50.09

En una noche memorable, cargada de simbolismo y profunda significación, el periodista Agustín Ochoa Ortega, miembro del reconocido Diario La Tercera, recibió el prestigioso título de "Embajador de Paz" por parte de la comisión directiva del Premio Nacional Gaviota de Plata. La solemne ceremonia tuvo lugar en el imponente Palacio Paz de Recoleta, un escenario que realzó aún más la trascendencia del evento. Figuras prominentes del ámbito cultural y periodístico se congregaron para honrar la trayectoria ejemplar y el inquebrantable compromiso de Ochoa Ortega con la promoción activa de los valores fundamentales de paz y cooperación.

 

Alexandra de Pascua, destacada gestora cultural y Presidenta de la comisión directiva del Premio Nacional Gaviota de Plata, pronunció palabras elogiosas hacia Agustín Ochoa Ortega, subrayando su inestimable contribución a la construcción de un mundo más armonioso y pacífico. Enfatizó su labor como un "ejemplo inspirador para todos", un faro de esperanza en un contexto global marcado por la incertidumbre y la polarización. El premio, en su esencia, representa un justo reconocimiento a su dedicación incansable y a su compromiso inquebrantable, poniendo de relieve la crucial importancia de su trabajo en la difusión de valores esenciales para la convivencia pacífica y el entendimiento mutuo entre culturas y naciones.

 

En una entrevista exclusiva con nuestro medio, Agustín Ochoa Ortega, comunicador digital graduado de la Universidad Nacional Guillermo Brown de Almirante Brown, compartió sus emociones y reflexiones ante este nombramiento trascendental. Visiblemente conmovido, expresó: “En primer lugar, es una responsabilidad muy grande que la tomó con mucha alegría y emoción, con la expectativa de estar a la altura de las circunstancias. Este nombramiento me tomó por sorpresa, era algo que anhelaba, pero no lo esperaba para ya.” Sus palabras reflejan la humildad y el profundo sentido de responsabilidad que lo caracterizan.

 

Ochoa Ortega hizo hincapié en el profundo significado personal que este reconocimiento tiene para él, estableciendo una conexión directa con los valores fundamentales que sus padres le inculcaron a lo largo de su vida. “Ser embajador de paz representa los valores aprendidos y transmitidos por mis padres, quienes me inculcaron los principales valores, tales como el respeto, el compañerismo, la solidaridad y el amor hacía nuestro prójimo”, afirmó con convicción. Esta declaración revela su firme creencia de que la paz se construye desde la base, a través del fomento de relaciones humanas basadas en el respeto mutuo, la empatía genuina y la comprensión profunda de las necesidades del otro.

 

El nombramiento de Agustín Ochoa Ortega como "Embajador de Paz" trasciende la mera celebración de su destacada trayectoria profesional; pone de manifiesto la importancia crucial del periodismo como una herramienta poderosa para la promoción de la paz y la justicia social en un mundo cada vez más complejo y desafiante. Su labor en el Diario La Tercera, caracterizada por la rigurosidad informativa, la objetividad implacable y el compromiso inquebrantable con la búsqueda de la verdad, lo ha consolidado como una voz influyente y respetada en la sociedad, capaz de generar conciencia crítica y fomentar el diálogo constructivo sobre temas de relevancia nacional e internacional.

 

“La idea de nombrarme “Embajador de Paz” se venía gestando desde hace varios años, pero sentía que no era el momento, que era demasiado, incluso me invitaban a las galas de premiación. Hasta hace unos meses, después de meditar la propuesta varias semanas, acepté la propuesta con mucho gusto y mucha felicidad. Sentí que este reconocimiento era como ponerle un “moño” a un año precioso desde lo laboral, ya que estoy celebrando mis primeros diez años en el periodismo”, compartió el periodista de Burzaco, revelando la génesis de este significativo reconocimiento. 

 

Sus palabras dejan entrever la profunda reflexión que precedió a su aceptación, así como la inmensa alegría que siente al recibir este honor en un momento crucial de su carrera. En resumen, el nombramiento de Agustín Ochoa Ortega como Embajador de Paz es un testimonio del poder del periodismo comprometido y una inspiración para todos aquellos que aspiran a construir un mundo más justo y pacífico. 

 

No obstante, en este momento de celebración, Agustín Ochoa Ortega no olvida a su madre, Mabel Ortega, quien falleció el año anterior. Con profunda emoción, declaró: “Se lo quiero especialmente a mi mamá Mabel Ortega. Mi mami fue mi compañera en los momentos alegres y tristes de mi vida. Me consoló las veces que me encontraba llorando en algún lugar de la casa escondido. Me esperaba hasta muy de madrugada cada vez que iba a trabajar y volvía de noche. Siempre estaba esperándome con una sonrisa y la clásica frase: “Ahora que sé que llegaste bien, puedo dormirme tranquilamente porque ya estás en casa y no te paso nada”. Siempre me alentó para que vaya tras mis sueños y me dio las alas para que pueda volar libremente.”  Este emotivo recuerdo subraya la importancia de la familia y el amor materno en la formación de los valores que ahora lo convierten en un Embajador de Paz. La memoria de su madre, sin duda, será una fuente de inspiración en su nuevo rol.

 

Este reconocimiento representa un nuevo desafío para Agustín Ochoa Ortega, quien asume con humildad y determinación la responsabilidad de representar los valores de la paz y la cooperación en su trabajo diario. Su nombramiento como "Embajador de Paz" es un testimonio de su compromiso con un mundo más justo y pacífico, y una inspiración para todos aquellos que creen en el poder de la palabra y la acción para transformar la realidad. “Por último, déjame agradecer por el apoyo incondicional y la escucha amiga de siempre de los que hacen posible que el Diario La Tercera sea una referencia en el periodismo local: Ignacio Molina, Renata Molina, Luciano Ronzoni y Pablo Ronzoni. Estoy muy agradecido por la confianza brindada y el espacio que me dieron”, concluyó. 

 

Una historia de superación 

 

Agustín Ochoa Ortega es un nombre que resuena con la fuerza de la perseverancia y la calidez de los recuerdos familiares. Su historia, tejida con los hilos del esfuerzo y la superación personal, es un testimonio inspirador de cómo las raíces humildes y el apoyo incondicional pueden ser el motor que impulsa los sueños más ambiciosos.

 

Proveniente de una familia trabajadora, donde el sacrificio era una constante, Agustín creció admirando la dedicación de su madre, Mabel Ortega, empleada doméstica, y la vocación tardía pero apasionada de su padre, Roberto Centurión. Tras una vida como cartero, Roberto encontró su verdadera pasión en la enseñanza de historia en escuelas secundarias a partir de 2010. Esta imagen de sus padres, luchadores incansables, sembró en el joven Agustín la semilla de la determinación y el respeto por el trabajo honesto. Desde muy temprana edad, alimentó un sueño que lo consumía: convertirse en periodista.

 

Sin embargo, el camino de la infancia no fue llano. Estuvo marcado por visitas recurrentes a hospitales que dejaron una huella imborrable en su memoria. A los cinco años, sufrió convulsiones debido a una bajada de glucosa provocada por la falta de alimentación. Recordó con nitidez ese momento: "Lo único que recuerdo es levantarme de la siesta, empezar a ver borroso y desmayarme, justo antes de que mi mamá me agarrara y me sostuviera la lengua. El resto de ese día permanece borroso en mi memoria, hasta que desperté en la guardia del Hospital Lucio Meléndez de Adrogué". A partir de allí, fue derivado al Hospital Garraham de Parque Patricios, donde permaneció en seguimiento durante tres años, sometiéndose a diversos estudios hasta recibir el alta con carpeta abierta.

 

Estos recuerdos de su infancia hospitalaria no son amargos, sino que están impregnados de amor y sacrificio familiar. Rememoró los madrugones de su padre para conseguir un turno en el hospital, quien luego se dirigía directamente a su trabajo, exhausto pero comprometido. "A veces, mi padre, con un corazón enorme, se iba a trabajar sin dormir, mientras que mi mamá pedía el día en sus respectivos trabajos para acompañarme", relató con emoción. Después de las consultas, en la estación de trenes Plaza Constitución, compartían un pequeño festín frugal: "Mi mamá se compraba un pan pegado de salvado y a mí un alfajor de maicena, que degustábamos sentados en el tren, esperando que partiera hacia nuestro destino: Burzaco. Recuerdos imborrables, grabados a fuego en mi memoria, que me recuerdan la importancia de la familia, el esfuerzo y la perseverancia".

 

Además de los desafíos de salud, Agustín también enfrentó dificultades en el desarrollo del lenguaje. Su paso por fonoaudiología en el Hospital Jorge de Burzaco y foniatría en el viejo dispenser de Temperley le dejó profundas enseñanzas. Recordó con cariño los jueves a las 14, cuando partía con su madre a las sesiones de rehabilitación en el Hospital Jorge de Burzaco. Para facilitar estos traslados, su madre le había comprado una bicicleta, que utilizaba tanto para ir al colegio como al hospital. La bicicleta se convirtió en un símbolo de independencia y superación. "A menudo, agarraba la bici y dejaba atrás a mi mamá, quien me gritaba que me detuviera en el cruce de una calle, a lo cual hacía caso. En ocasiones, mi mamá, en tono de broma, me arrojaba hojitas, y nos reíamos a carcajadas. Incluso, a la salida de mis sesiones, me ponía a jugar en el parque del "Jorge" o íbamos a la Plaza de la Amistad, que se encontraba a pocas cuadras, a jugar y a hamacarme con la sonrisa inocente de un niño. Luego, emprendíamos el camino de regreso a casa".

 

Debido a un retraso madurativo, Agustín cursó nuevamente la salita de 5 en el Jardín de Infantes de su amado Barrio el Gaucho, con el apoyo incondicional de Mónica, su maestra integradora de la Escuela Especial Nº502 de Adrogué. Aún recuerda con cariño y mucho amor a sus queridas maestras Analía y Moni.

 

De igual modo, los sueños de ser periodista seguían estando presentes, creciendo y fortaleciéndose día a día. “Recuerdo que en mi mente creaba torneos imaginarios de fútbol, donde el único jugador estrella y relator era yo mismo. No solo lo hacía con el fútbol, sino también con el básquet y el tenis. Recuerdo que cada vez que acompañaba los viernes por la tarde a mi mamá a su lugar de trabajo, los bufetes del Colegio El Salvador de Burzaco, me ponía a jugar al fútbol en las canchas de cemento y tierra de la secundaria, inventando torneos imaginarios, marcando goles de mitad de cancha, dándome autopases con la pared”, contó. Un niño que jugaba y soñaba con ser futbolista y periodista deportivo, un sueño que, con esfuerzo y dedicación, se convertiría en realidad en el 2015 cuando produjo y condujo su primer programa de radio, y de ahí no paró nunca más. 

 

A lo largo de estos diez años, tuvo el honor de entrevistar a personalidades de diversos ámbitos, desde historiadores y analistas políticos hasta actores, músicos y deportistas. La lista es extensa y refleja la diversidad de intereses y la amplitud de miras que he procurado mantener en mi carrera. Entre ellos, recuerdo con especial cariño mis conversaciones con Felipe Pigna, Gustavo Sylvestre, Lito Cruz, Raúl Taibó, Mario Pasik, Fabián Vena, Diego Ramos, Roly Serrano, Miguel Ángel Solá, Diego Pérez, Coco Sily, Gerardo Romano, Victoria Onetto, Pablo Echarri, Cacho Garay, Darío Szeta, Mauro Szeta, Paulo Kablan, Hernán Piquín, Maravilla Martínez, Ariel Scher y Pilar Sordo.

 

El abanico de personalidades se extiende a figuras como Claudio María Domínguez, Sebastián Básalo, Jorge Fandermole, Musha Carabajal, Cuti Carabajal, Jorge Carabajal, Bruno Arias, Rodrigo Tapari, Mirtha Wons, Fabio Aste, Rodolfo García, Inés Estevez, Leonor Manso, Mirtha Busnelli, Antonio Rios, El Mago y la Nueva, Marcelo Aguero, Víctor Hugo Morales, Guillermo Fernández, Daniel Agostini, Carolina Peleritti, Rita Cortese, Alberto Ajaka, Los Chakales, Walter Encina, El Brujo Ezequiel y Los Palmeras, entre otras grandes figuras. 

 

Cada entrevista, cada cobertura, fue una oportunidad de aprendizaje, un encuentro con la diversidad de opiniones y perspectivas que conforman el tejido social y cultural de nuestro país. A través de estos diez años, Agustín Ochoa Ortega ejerció el periodismo con responsabilidad, compromiso y respeto por la verdad, buscando siempre ofrecer una mirada crítica y constructiva sobre la realidad que nos rodea. El camino recorrido fue largo y lleno de desafíos, pero la pasión por contar historias sigue intacta, impulsándolo a seguir adelante en esta apasionante profesión.

Te puede interesar
14

Las “familias tradicionales”… ¿ya no existen?

Actualidad 17 de diciembre de 2025

En la Argentina solo 1 de cada 10 hogares está conformado por lo que culturalmente se conoce como “familia tradicional”: madre, padre y dos hijos. No solo bajó la tasa de natalidad en nuestro país sino también la de casamientos. Los mandatos sociales ya no son los mismos y cada vez más parejas eligen no convivir. La libertad de elegir lo que nos hace bien y no lo que se nos impone.

NOTA

Una policía hot, una exoneración exprés e incómodidad

Actualidad 17 de diciembre de 2025

La Policía de la Ciudad expulsó a una oficial por publicar contenido sexualizado con el uniforme. El caso abrió un debate incómodo sobre ética, necesidad económica y la rapidez selectiva con la que actúa el poder cuando el escándalo es fácil de mostrar.

Ranking
NOTA ECONOMÍA

Economía real: la inflación acumulada en la era Milei es del 249%

Actualidad 14 de diciembre de 2025

El IPC de noviembre volvió a ubicarse en 2,5% y el Gobierno lo exhibe como señal de control. Sin embargo, detrás del dato conviven seis meses de aceleración inflacionaria, una industria que opera al 61% de su capacidad, 126.000 empleos fabriles perdidos y una pobreza multidimensional que ya alcanza al 67% de la población.

15 S

Perpetua al Puma Rodríguez: en 40 años podrá pedir la libertad

Región16 de diciembre de 2025

Por el salvaje femicidio de su ex pareja, Patricia Aybar, ayer fue condenado a la pena de prisión perpetua José Luis Rodríguez, alias el “Puma”. Un tribunal de nuestra ciudad dispuso que el condenado pueda pedir la libertad recién cuando cumpla 40 años de pena. El “Puma” tiene ahora 62 años.

NOTA

Una policía hot, una exoneración exprés e incómodidad

Actualidad 17 de diciembre de 2025

La Policía de la Ciudad expulsó a una oficial por publicar contenido sexualizado con el uniforme. El caso abrió un debate incómodo sobre ética, necesidad económica y la rapidez selectiva con la que actúa el poder cuando el escándalo es fácil de mostrar.