Científicos de la UNLP estudian la actividad en el volcán Copahue

En Argentina existen al menos 39 volcanes considerados activos dentro de zonas que pueden ser afectadas por ellos. Por esta razón, científicos de la Universidad Nacional de La Plata instalaron un telescopio de muones en Neuquén, para monitorear su actividad.

Región11 de febrero de 2025
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Las erupciones volcánicas ocurren todo el tiempo. En Argentina y su límite internacional con Chile, existen al menos 39 volcanes considerados activos en el territorio continental, siendo el Copahue uno de los más importantes. Por este motivo, la Universidad Nacional de La Plata instaló un telescopio de muones para monitorear su actividad.

 

El de mayor riesgo en la Argentina 

 

El volcán Copahue está considerado como el de mayor riesgo de Argentina debido a su cercanía a las localidades de Caviahue y Copahue, ubicadas en un radio de 8 kilómetros del cráter del volcán. Además, la región atrae gran cantidad de turistas debido al centro de esquí de Caviahue y a la Villa Termal de Copahue, lo cual incrementa de modo significativo la población de ambas localidades. 

Entre los principales eventos que tuvieron lugar en las décadas recientes se encuentran las erupciones de 1992 y 2000. El último ciclo eruptivo se inició en 2012 y, desde entonces, el Copahue ha presentado manifestaciones casi de forma permanente, con emisión de ceniza, ocurrencia de explosiones en el interior del cráter y actividad sísmica de magnitud variable.

 

La tecnología

 

Es por esta razón que científicos de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la UNLP instalaron un detector de muones, el primero en radiografiar la densidad de un volcán de un país americano. La instalación de este detector es el resultado de un trabajo en común entre investigadores de esta Facultad e instituciones de investigación francesas.

Los colapsos parciales de edificios volcánicos representan un peligro de gran importancia ya que pueden ocurrir en asociación con erupciones magmáticas, erupciones freáticas o incluso en ausencia de erupciones. Estos fenómenos producen avalanchas de rocas y escombros que se aceleran rápidamente a lo largo de la pendiente de un volcán, y pueden alcanzar velocidades de hasta 100 metros por segundo y alcanzar distancias que pueden superar hasta más de diez veces la caída vertical.

Y es por ello, que para mejorar la evaluación de este peligro natural y, por lo tanto, mitigar sus efectos, es clave obtener imágenes de la estructura interna de los edificios volcánicos, como la composición de las rocas, el grado de alteración y la distribución de fluidos.

la Universidad Nacional de La Plata instaló un telescopio de muones para monitorear su actividad.

Los muones tienen la particularidad de que interactúan muy poco con la materia, pero lo suficiente como para ser utilizados para estimar la cantidad de materia que atraviesan dentro de un volcán. De esta forma, la radiografía de muones consiste en colocar un detector de muones frente al volcán y registrar la cantidad de muones que lo atraviesa por unidad de tiempo y de trayectoria. Luego, a partir de este registro, se estima el flujo de muones que atraviesa el volcán, a partir del cual se estima la opacidad en las trayectorias de los muones. La opacidad es una cantidad física que cuantifica la cantidad de materia a lo largo de una trayectoria. En este caso, representa la cantidad de materia que atraviesan los muones dentro del volcán. Mientras mayor cantidad de materia se encuentre en el recorrido de los muones, menor será la cantidad de muones que llegarán al telescopio en un lapso de tiempo dado.

A su vez, el hecho que los detectores funcionen de manera autónoma, con nulos requerimientos de servicio por lapsos prolongados, permite realizar mediciones en continuo por largos períodos de tiempo. Por lo tanto, el método resulta adecuado para caracterizar variaciones espacio-temporales de densidad de masa en volcanes, con lo cual su integración con otras metodologías podría ser empleada para analizar riesgos de daños producidos por la actividad volcánica.

Según se informó, el instrumento se alimenta a través de paneles solares y/o baterías, lo cual le otorga la capacidad de funcionar de manera autónoma por largos períodos de tiempo. Los datos registrados por el detector de muones son transmitidos continuamente a través de una red de antenas Wi-fi. A su vez, se encuentra equipado con una serie de sensores (sensores de corriente eléctrica, de voltaje, de temperatura, de humedad relativa, de inclinación, entre otros) que permiten que, una vez desplegado en el campo, no sea necesaria la realización de tareas de mantenimiento de forma rutinaria.

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