Prisión perpetua para el acusado de asesinar a trompadas a su abuela en City Bell

El homicidio se produjo un 25 de diciembre, en plena Navidad. La pena máxima fue pedida por la fiscal de juicio. Computó alevosía, ensañamiento y violencia de género. La defensa abogó por la inimputabilidad. El Tribunal II de La Plata dará su veredicto.

Policiales 06 de junio de 2024
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La fiscal de juicio de La Plata, Victoria Huergo, pidió la pena de prisión perpetua en el debate oral y público que se le siguió al acusado Matías Ezequiel Bustos, alias “Pitu”, por el asesinato de su abuela Valentina Peralta cometido en la casa que compartían en City Bell. 

El tribunal deberá analizar si es válida una confesión que formuló el acusado ante la policía al momento de su detención. Dijo que su abuela “lo tenía cansado” y por eso “la maté a golpes”. 

Para la fiscal, el crimen se produjo en la tarde del 25 de diciembre de 2017. Los registros policiales dan cuenta de un llamado al 911 en el que una voz masculina alertaba sobre una pelea y gritos en una vivienda de calles 139 entre 477 y 478. Cuando los efectivos arribaron al lugar del hecho se encontraron con un tétrico escenario. 

El acusado Bustos llegó a la instancia de juicio oral sindicado por el delito de homicidio agravado por el vínculo y alevosía. Sin embargo, al avanzar las audiencias de debate con los testimonios de distintos testigos, la fiscal Huergo planteó a los jueces ampliar la acusación al delito de homicidio agravado por el vínculo, con alevosía, ensañamiento y por violencia de género.

Al momento de dar su alegato, el defensor oficial Manuel Bouchoux admitió que su asistido cometió el hecho. Pero argumentó que “no comprendió la criminalidad de sus actos y el dirigir de sus acciones”. A su criterio, el acusado es inimputable. En todo caso, señaló que podría tratarse de una imputabilidad “atenuada”, pudiendo considerarse que Bustos ejecutó el crimen en un estado de “intoxicación” por drogas.

El defensor recordó que su asistido confesó el crimen. Pero lo hizo ante personal policial, lo cual no tendría validez legal por haberlo realizado sin la asistencia de un defensor. Bouchoux planteó la nulidad del acta de procedimiento. 

Durante el debate, los jueces dictaminaron que la confesión que realizó ante la policía el imputado, se trató de una manifestación espontánea, sin haber sido coaccionado.

Los alegatos de la fiscalía y la defensa serán analizados por el Tribunal Oral Criminal (TOC) II de La Plata integrado en esta oportunidad por Claudio Bernard, Silvia Hoerr y Juan Carlos Bruni, quienes darán su veredicto a fines de este mes. 

En la primera jornada del juicio declararon los policías que arribaron en primer lugar a la escena del crimen. También dio su testimonio el médico autopsiante. Los uniformados describieron un panorama de espanto y horror al ver el cuerpo de la anciana. En tanto, el médico habló de un ataque con “violencia” y “mucha fuerza”. 

Asimismo, los policías coincidieron al contar el momento en que el acusado Bustos les confesó el crimen. Dijeron que lo repetía a cada momento, de manera espontánea. “Decía que estaba su abuela sin vida, él llamó al 911, estaba muy tranquilo, con ropa limpia, con el pelo húmedo como recién bañado”, rememoró uno de los policías en su testimonio ante el Tribunal II. 

Esa confesión será clave para la dilucidación del juicio oral. Bustos vivía con su abuela. Y según les dijo a los uniformados él había nacido precisamente un 25 de diciembre. “Así festejé mi cumpleaños”, dijo al personal policial a escasos metros del cadáver de su abuela, ya esposado por la espalda. También les pidió que lo “sacaran” de ese lugar porque los vecinos lo iban a “linchar”. 

“No la aguantaba más", "estoy cansado", "la maté a golpes", "le di piñas", "así festejé mi cumpleaños”, fueron las frases que pronunció ante los efectivos policiales. 

Una uniformada presente en aquel procedimiento declaró en el juicio que le escuchó decir al acusado: “Todo el tiempo escucho voces que me decían que la tengo que matar”. 

Ese testimonio fue valorado por la defensa para fundamentar la inimputabilidad de su asistido, sumado a su adicción a las drogas. En ese sentido, otro de los uniformados dijo “yo lo vi como que no sabía lo que había hecho”. 

 

Autopsia

 

El médico Mauricio Fernández fue quien llevó adelante la autopsia al cadáver. Precisó que la causa de la muerte fue un “traumatismo de cráneo y un shock hipovolémico (gran pérdida de sangre)” por la rotura del hígado.

El autopsiante refrendó que la víctima “tenía muchas lesiones en su rostro y cráneo, una costilla fracturada que perforó el hígado, hematomas en los dos ojos, fractura de mandíbula, nariz y varios huesos del rostro”.

Según el forense, se trató de un ataque con extrema “violencia” ejecutado con un “puño con mucha fuerza”. La lesión más dolorosa “sin duda fue la fractura de mandíbula” y aclaró: “Todas las quebraduras de huesos son dolorosas, pero en este caso la que más dolió es la de la mandíbula”, enfatizó.

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