
Dos hombres de 45 y 47 años y una joven de 23 fueron afectadas durante la noche de este último martes mientras se encontraban en su casa de calle 152 norte entre 16 y 17, en la vecina ciudad de Berisso.
Desde hace una década, a todas se nos eriza un poco la piel cada 3 de junio. Nos vemos reflejadas en la fuerza de quienes se animan a seguir pidiendo ayuda en un país que, aún con las cifras en la mano, nos sigue dando la espalda. No queremos más mujeres muertas: ayúdennos a prevenir.
Región03 de junio de 2025Por Florencia Mascioli, de la Redacción de Capital 24
Probablemente hace diez años atrás no hubiera podido escribir esto. No porque no quisiera, sino porque no hubiera sabido cómo hacerlo. Para que un país entero esté hoy hablando de esto, para que las redes sociales se inunden de consignas que buscan ponerle un freno a la violencia de género, tuvo que haber una primera vez. Siempre hay una primera vez para todo.
El 3 de junio de 2015 un país entero salió a las calles para decir basta tras el femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 15 años que, embarazada, fue asesinada por su novio, Manuel Ignacio Mansilla, quien todavía está preso. Chiara no fue la primera, tampoco es la última, pero su muerte empezó a hacer historia.
El hartazgo social que provoca la violencia de género tuvo su punto de ebullición ese primer 3 de junio, y hoy, hace ya diez años, nos hacemos eco de todos los femicidios que sucedieron antes de Chiara, después de Chiara y buscando concientizar -a quienes tienen la potestad de tomar decisiones- que cada mujer que muere en manos de un violento, es una falla del sistema que tal vez de forma inconsciente, no sabe decir basta.
Y para eso vemos levantar las banderas, pancartas y carteles; una marea violeta que busca ponerle voz a las que ya no la tienen porque fueron asesinadas a manos de los violentos, de esos que aún hoy, con las cifras en la mano, se resisten a aceptar que la violencia de género sí existe y que si hay ganas, se puede prevenir: educando, concientizando y haciendo visible lo que algunos prefieren querer tapar. Y a los que tienen el poder de tomar decisiones no debería temblarles el pulso: hay medidas que son urgentes y que no deben ponerse en duda.
El Ni una menos no es una simple consigna, al menos para mí. Representa toda esa lucha que a mí me ha costado dar –porque la violencia de género no se reconoce de un día para el otro-. Hay toda una red de contención que desaparece cuando quienes creen que somos suyas, encierran a nuestra libertad en una jaula cerrada bajo siete llaves: una libertad que creemos perdida y concedida a ese otro que juega a intentar someternos bajo su ala, sin ni siquiera pensar en desplegar las nuestras, porque nos olvidamos completamente que podemos volar.
El Ni Una Menos buscó, desde su origen, poner en boca de todos la violencia de género que tiene, en su punto más cruel, el femicidio. ¿Sabrán todos que en estos diez años asesinaron a más de 2.800 mujeres y que ese número habla de un promedio de un femicidio cada 31 horas?
Yo estuve ahí
¿Sabrán los que la niegan, que en el 85 % de los casos el femicida pertenecía al círculo íntimo o era conocido de la víctima, y que el 64% tuvo lugar en la vivienda de las mujeres asesinadas? Así lo destaca el Observatorio de las Violencias de Género Ahora que sí nos ven y yo me pregunto: ¿es necesario que nos vean recién cuando ya estamos muertas?
Hablo en plural, me incluyo, porque a mí me tocó atravesar ese infierno personal cuando vivía en La Plata. Yo sé lo que es estar ahí, obnubilada por el terror que te provoca el maltrato diario, constante, el hostigamiento, la violencia hacia mí, hacia mis mascotas, hacia mis objetos personales. La ruptura intencional de mi autoestima, las agresiones psicológicas que menoscabaron durante años mi honor, mi dignidad, mi rol como mujer, como profesional y como mamá. Y eso duele mucho más que un tirón de pelos, que un escupitajo en la cara o que una cachetada, aunque todo eso a mí también me dolió. Lloré a más no poder durante mucho tiempo, no sabía cómo carajo salir de ahí, si durante tantos años me llegué a creer que yo era todo eso que él me decía; pero con mucha terapia que todavía aún sostengo, logré encomendarme a profesionales que me ayudaron a decir basta.
También me animé a hacer la denuncia, me acerqué muchas veces a pedir ayuda a la Comisaría de la Mujer, a la UFI 13 de Violencia de Género, se abrió una causa penal que investigó con pruebas y testigos lo que yo había sufrido, me hicieron pericias psicológicas y psiquiátricas para constatar el daño y finalmente, logramos que mi agresor quede procesado en una causa caratulada como “Lesiones graves por daño psicológico doblemente agravado”, que al día de hoy espera su fecha de juicio. Y a pesar de eso, el hostigamiento aún continúa, al punto de que se abrieron dos nuevas causas penales por el delito de Desobediencia que también esperan su fecha de juicio. Tuve botón antipánico durante mucho tiempo, tuve custodia policial afuera de mi edificio y a pesar de las medidas cautelares aún vigentes, nunca dejó de comunicarse conmigo para sentir –creo yo- esa cuota de poder que habrá sentido cada vez que me amenazaba poniendo su puño en mi cara, con los ojos explotados de bronca, revoleando platos con comida que no le gustaba y mates contra la pared. ¿Qué más hace falta? Las que nos animamos a denunciar y tenemos los recursos, el acompañamiento y la constancia, no somos muchas. El proceso es muy largo, revictimizante y agotador. Pero vale la pena.
Sí existe
La violencia de género sí existe. Y cada 3 de junio se nos sacude un poco el alma porque seguimos exigiendo soluciones urgentes y buscamos generar acciones que permitan ponerle fin a este machismo creciente que, en el más extremo de los casos, se cobra la vida de una mujer.
El 17% (2 de cada 10) de las víctimas de femicidio habían realizado al menos una denuncia y el 10% (1 de cada 10) tenían una medida de protección judicial. ¿Qué es lo que está fallando entonces?
Chiara Páez no fue la primera mujer asesinada por su pareja, no fue la última ni lo será, toda vez que se desprestigie la lucha que las mujeres venimos dando por hacer valer nuestro derecho a una vida libre de violencias. ¿Y cómo nos van a cuidar, entonces, si eligen desfinanciar las políticas claves de prevención o atención a las víctimas?
La clave es seguir visibilizando, continuar haciendo fuerza entre todas para que de una vez por todas, los que pueden hacer algo, levanten la cabeza y nos vean. Somos muchas, fueron muchas las que ya no están y hay una nueva generación que merece vivir con libertad y sin miedo.
Dos hombres de 45 y 47 años y una joven de 23 fueron afectadas durante la noche de este último martes mientras se encontraban en su casa de calle 152 norte entre 16 y 17, en la vecina ciudad de Berisso.
El intendente encabezó el inicio de la pavimentación de la calle 424 y anunció intervenciones viales, educativas y de infraestructura para fortalecer los servicios.
El ciclo tendrá lugar este jueves 12 de junio a las 20:00 en la Sala Piazzolla del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino, ubicado en Avenida 51 entre 9 y 10. La entrada es libre y gratuita, por orden de llegada.
Lo dispuso el juez de Garantías de La Plata, Pablo Raele. La fiscal mantuvo su imputación.
Sin dudas, la decisión adoptada por la Corte Suprema de Justicia integrada por los tres jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, resultó ser de un alto impacto político y judicial, al confirmar el fallo dictado en noviembre pasado por la Sala IV de la Cámara de Casación Penal en la causa Vialidad, donde se investigó el delito de defraudación al Estado a través de contratos de obras públicas.
Apenas se conoció lo dictado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que dejó firme la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en su contra, además del decomiso de unos 84.000 millones de pesos, en varios puntos del país hubo fuertes manifestaciones de la militancia. La dirigencia justicialista de la capital bonaerense, ausente.
Un trasplante, dos vidas que se cruzan y un gran aprendizaje. Se estrenó este fin de semana en Netflix y promete ubicarse entre los primeros puestos de los nuevos lanzamientos. Conmovedora por donde se la mire: una gran apuesta del cine nacional.
Luego de culminar la relación de pareja, la presentación en sede penal fue formulada por María del Carmen Garro, hermana del exintendente de La Plata. La acusación es por hechos de hostigamiento físico, psicológico y amenazas. El imputado ya fue detenido e indagado por un fiscal de nuestra ciudad.
Lo dispuso el juez de Garantías de La Plata, Pablo Raele. La fiscal mantuvo su imputación.
El ciclo tendrá lugar este jueves 12 de junio a las 20:00 en la Sala Piazzolla del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino, ubicado en Avenida 51 entre 9 y 10. La entrada es libre y gratuita, por orden de llegada.
El intendente encabezó el inicio de la pavimentación de la calle 424 y anunció intervenciones viales, educativas y de infraestructura para fortalecer los servicios.