Una apelación busca que no prescriba la causa por la muerte de un joven platense en El Calafate

Ahora es a todo o nada, en un recurso ante la Casación. Para que la causa no quede prescripta y quede en el olvido. El joven platense Lucas Lencina murió el 20 diciembre de 2015 en un incidente de tránsito. Desde entonces su madre tramita una causa que sufrió una infinidad de vaivenes y en la cual la Cámara en lo Criminal, el pasado 24 de junio, declaró extinguida la acción penal por prescripción, sobreseyendo al conductor del vehículo imputado por homicidio culposo. 

Durante la etapa de instrucción, iniciada el mismo día del accidente (20/12/2015) hubo un sobreseimiento, apelación y reapertura de la causa, a raíz de un pedido del juez de primera instancia. La instrucción se reabrió y se extendió insólitamente durante unos 7 años, cuando finalmente fue procesado sin prisión preventiva el conductor que chocó al fallecido. 

No habiéndose presentado la defensa, y ya superados los tiempos establecidos por la Ley, el expediente siguió un procedimiento de oficio, encabezado por la fiscalía de la Cámara, pero, como se detalló anteriormente, dos de los jueces de dicha Cámara, resolvieron por mayoría la prescripción de la causa.

“Todas las puertas que yo pueda golpear, las voy a golpear; estoy evaluando hacer una presentación en la Comisión Internacional de Derechos Humanos, junto a la fundación Madres del Dolor que me han acompañado en este camino”, señaló Sandra Gamez a Capital 24, anticipando además el recurso de Casación que presentaron sus abogados. 

Gamez explicó, en relación a ese documento interpuesto ante la Casación que “ya es una de las últimas instancias en donde puedo recurrir; en esta instancia espero que la justicia revierta una postura adoptada bajo la apatía, indolencia e impunidad con la que ha trabajado estos más de 8 años”. 

“Espero que cada uno de los jueces involucrados se hagan cargo de sus errores y no que intenten cargarlos en mis espaldas haciendo abuso del poder del que gozan -enfatizó la mamá de la víctima-, espero que la justicia cumpla con su función y deber de juzgar a quien vio morir a Lucas, quien sabiendo de su culpa y responsabilidad supo poner piedras en el camino para demorar la causa, y así sumar en esta situación de tiempo atemporales tan injustos como incomprensibles. Espero respeto a la vida de Lucas”.

La causa tramita en el fuero de Río Gallegos. Y fue declarada prescripta en fallo dividido. Hay un imputado. Y estaba a la espera del juicio oral. Pero dos de los jueces dijeron que por la “acción del tiempo transcurrido” debían sobreseer al acusado, Justo José Romero.

Tal como reflejó Capital 24, el caso tiene numerosas aristas similares al resonante hecho protagonizado recientemente en nuestra ciudad por “La Toretto” Felicitas Alvite en 13 y 532. En el fatídico accidente de El Calafate, el imputado Romero -que se dirigía en su auto en dirección a Los Glaciares- embistió con imprudencia la moto con la que circulaba el joven platense Lucas Lencina. La víctima salió despedida producto del fuerte impacto y golpeó contra una columna de alumbrado, en plena zona urbana de la ciudad. 

Dos de los jueces del Tribunal de Río Gallegos, con un voto en disidencia, consideraron que la causa debía prescribir. Desde entonces la mamá de Lucas, dio a conocer una emotiva carta. Teme que la justicia deje a la familia sin la reparación jurídica que buscan y sin la condena al acusado. Ella contó que su hijo era un joven de 20 años lleno de energía y sueños. Se mudó a El Calafate en 2013 en busca de nuevas oportunidades. Rápidamente se integró a la comunidad y construyó una vida plena. 

El 20 de diciembre de 2015, su vida se apagó de forma abrupta en un trágico siniestro vial. Un auto Fiat Palio -conducido por Justo Romero-, que dobló en U sin precaución lo impactó cuando él circulaba en moto, provocando su muerte instantánea.

Desde el primer momento, Sandra emprendió una incansable lucha por justicia. Viajó constantemente entre La Plata y El Calafate, enfrentando un sistema judicial que, según ella, ha mostrado “extrema indolencia, atemporalidad fatal y una falta de seriedad incomprensible”.

“Empecé un camino judicial con la convicción de que solo debía procurar que las cosas del ‘negrito’ se manejen con el mayor cuidado y prolijidad posible, y por sobre todo con el respeto que él merecía. Situación en la que, por más que le he puesto todo mi esfuerzo, no hubo recurso que haya alcanzado para lograrlo”, indicó Sandra en su carta.

“Un camino lleno de dificultades -resaltó-, entendiendo que Lu no era un expediente, pero que ahí estaba parte de su vida, de su intimidad, y que yo debía cuidar de eso por siempre. Porque hay algo muy importante que muchos no entienden: Lucas es, es presente, pasado y futuro; él es mi hijo por siempre”.